Marlene* decidió que habiendo llegado a los 46, era hora de hacerse unas mejoras. No es que fuera ex-modelo, pero ella tenia su vanidad. Una amiga le había recomendado una cosmetóloga, que atendía en el cuarto de su casa y que hacía inyecciones de rejuvenecimiento facial. Marlene nunca había oído que la circulación de la cara estuviese conectada con la de los ojos. Pero acababa de leer en el periódico de las trágicas muertes de 6 mujeres, que se habían hecho cirugía plástica en Cali. Y se dijo: eso es para cirugía. Unas inyeccioncitas no pueden salir mal. Cuando iba en el tercer chuzón encima de la ceja derecha, sintió un dolor profundo en la órbita y el ojo. Le pidió a la cosmetóloga que parase. Se sentó. Noto que veía muy mal por su ojo derecho. Lo dijo. “Pero eso no tiene nada que ver”, dijo la que inyectaba. Otra que ignora la anatomía de la cara y las ricas conexiones vasculares con ojo y cerebro.

Al día siguiente, y cuando el dolor ya era insoportable,

acude al médico quien la remitió de urgencia a la Clínica de Oftalmología de Cali. “Tuviste un embolismo retrógrado de la arteria oftálmica y la central de la retina” “Y eso que quiere decir preguntó aterrada:” que lo que te inyectaron se te fue al ojo y le tapó toda la circulación. Perdiste en forma irreversible toda la visión”

Desconcertados, los oftalmólogos que la atienden, recuerdan todos los casos en los que la vanidad ha llevado a la ceguera: 4 casos mas de embolismo de plasma rico en plaquetas, plasma, colágeno. Todos los casos han sido de inyecciones cosméticas en la piel de la cara. El Dr Alberto Castro, director de retina y jefe del equipo planea una revisión de las publicaciones a nivel mundial. La Dra Rosemary Fernández, en visita del Perú, hace una exhaustiva investigación de todos los casos reportados en el mundo. “Cómo es posible que esto esté pasando y no haya una alerta que prevenga a la gente sobre la gravedad de lo que está ocurriendo?” se preguntan.

Salen de la reunión y los llaman de urgencias: una paciente viene con dolor intenso y pérdida de visión. La revisan. No encuentran explicación. Están discutiendo las posibilidades diagnósticas, cuando uno nota una pequeña cicatriz en la frente. Y esto?  “Es que ayer fui donde una cosmetóloga para inyecciones de rejuvenecimiento facial”. Y el dolor y pérdida visual empezó después de salir de alli? “Si” contesta sin disimular la vergüenza que le da no haber dicho antes.

Rápidamente confirman el diagnóstico: embolismo retrogrado. Visión: No ve ni luz. “Doctores!!  Hagan algo!!! No puede ser que se va a quedar ciega de ese ojo por semejante simpleza” “ lo sentimos, ya no hay nada que hacer” y omiten contar, para no empeorar el desconcierto, que han ocurrido casos de ceguera bilateral y embolismo a cerebro con muerte súbita.

Cuando ya se han ido todos a descansar, llama de nuevo el médico de urgencias: “Tengo una Señora con endoftalmitis, le estaban poniendo anestesia para un tatuaje y le chuzaron el ojo” una infección dentro del ojo, que se come todos los tejidos en horas y puede diseminarse a cerebro.

“NO PUEDE SER “ clama con desesperación el Dr Castro. Esto es una epidemia de imprudencia. Tenemos que hacer algo o este cocktail de vanidad, ignorancia e impericia, nos va a llenar de ciegos.

Tenemos que escribir el artículo YA, lanzar una alerta por prensa y enviar la información a Ministerio de Salud para que se prohíba la inyección de cualquier sustancia en piel de cara por cosmetólogas. Este es un procedimiento médico que deben realizar Médicos Especializados en Cirugía Estética.

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